En las últimas semanas, el flujo migratorio ha experimentado un aumento de las llegadas de Turquía, a pesar de los acuerdos firmados entre ambos países. Actualmente, en el campamento residen cerca de 13.000 de personas, aunque su capacidad máxima es de unas 3.000.
El 29 de septiembre, los migrantes provocaron un incendio para llamar la atención de las autoridades griegas y así acelerar el proceso de traslado a la parte continental del país.
Los bomberos tuvieron que sofocar el fuego a distancia debido a que fueron atacados por los migrantes al acercarse al lugar. Según informa el canal, el foco se originó en el interior de uno de los contenedores para albergar a los refugiados.
Tras el incendio, los refugiados se enfrentaron a la Policía, que tuvo que lanzar gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
El fuego se cobró la vida de una mujer y un niño y ha dejado más de una quincena de heridos en el campo de refugiados de Moria.
Por su parte, las autoridades anunciaron el envío de fuerzas adicionales de la Policía para frenar la violencia en el campamento. El alcalde de la ciudad de Mitilini, Spyros Galinos, afirmó que "la situación es muy complicada y, por desgracia, está fuera de control".
Por ahora el incendio está apagado, pero los enfrentamientos continúan.
Sputnik
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