Al término del 13 de agosto, el ojo de la tormenta estaba ubicado a unos 209 kilómetros al este-sureste de la isla Gran Ábaco y se movía hacia el noroeste a 10 kilómetros por hora.
Se emitieron avisos preventivos para el noroeste de las Bahamas, excluyendo la isla Andros.
Durante el fin de semana, se prevé que la tormenta se mueva paralela a la costa atlántica de Florida antes de irse al mar a principios de la próxima semana. Para entonces podría convertirse en un huracán de categoría uno.
El pasado 2 de septiembre Dorian tocó tierra en Bahamas como un huracán categoría 5. La más potente en la escala de vientos Saffir-Simpson, arrasó Abaco y Grand Bahamas y dejó unas 2.500 personas desaparecidas y 50 muertes confirmadas, aunque las autoridades advirtieron que la cifra aumentará significativamente.
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