"No hay dudas sobre el relevante valor histórico del cuchillo utilizado en el atentado contra el presidente (…) y consecuentemente, sobre el interés de su conservación en pro de la historia política reciente del país", destacó en su decisión el juez Bruno Salvino de Juiz de Fora, la ciudad del estado de Minas Gerais (sureste) donde tuvo lugar el ataque en septiembre del año pasado.
El juez aceptó la petición del Ministerio Público y de la Policía Federal para que se preservara el arma, que pasará a integrar el archivo del Museo de la Academia Nacional de Policía en Brasilia.
Junto con el cuchillo, el magistrado también ordenó que se entreguen al museo "los hisopos impregnados de muestras biológicas (de Bolsonaro y del atacante)".
Para el juez, el cuchillo representa la violencia sufrida por Bolsonaro en el ejercicio de sus derechos políticos, pero sobre todo, "a partir de una óptica más amplia, la agresión cometida contra el propio régimen representativo y democrático de derecho", argumentó.
El líder ultraderechista fue apuñalado en el abdomen el 6 de septiembre de 2018, cuando participaba en un mitin en la calle en Juiz de Fora.
El agresor, Adélio Bispo de Oliveira, fue detenido en el acto y alegó motivos político-religiosos, pero laudos médicos posteriores demostraron que padece un trastorno psíquico delirante.
Por ello, la Justicia le declaró inimputable y decretó que permanezca internado en una unidad psiquiátrica; Bolsonaro no recurrió la decisión pero de forma frecuente apunta que el caso no está cerrado, insinuando que falta averiguar quién estaba detrás del atentado.
El líder ultraderechista ya se ha sometido a cuatro cirugías desde que sufrió la puñalada, la última el 8 de septiembre en Sao Paulo a causa de una hernia abdominal.
El presidente brasileño sigue internado, es alimentado por medio de una sonda nasogástrica y vía intravenosa y se espera que esté de baja al menos hasta el 15 de septiembre.
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