Zara, la marca insignia de Inditex, se desmarcó de las protestas contra el Gobierno chino en Hong Kong y abrió todos sus establecimientos en la ciudad ayer lunes, aunque alguno sí registró retrasos en la apertura debido a las manifestaciones, según han informado a Europa Press en fuentes del grupo gallego.

En una entrada publicada por la cadena textil en su perfil oficial en la red social china Weibo, la compañía fundada por Amancio Ortega se desmarca de las protestas en Hong Kong, donde cuenta con catorce tiendas, saliendo al paso de algunas informaciones de la prensa estatal china que apuntaban al posible apoyo de sus trabajadores a las manifestaciones convocadas por los estudiantes.

«Zara nunca ha apoyado las huelgas y nunca ha publicado ninguna declaración relacionada con esto o acciones relacionadas», afirma la firma textil, que expresa su apoyo a «la integridad de la soberanía territorial de la República Popular de China», subrayando que «siempre ha apoyado a un país, dos sistemas».

En la jornada de ayer, grupos de cientos de manifestantes volvieron a salir a las calles de Hong Kong para bloquear el tráfico y los medios de transporte en una nueva jornada de protestas, marcada en esta ocasión por el segundo día consecutivo de huelga general convocada por los sindicatos. Ayer lunes además comenzaba el curso escolar en Hong Kong.

El Gobierno chino, por su parte, denunció la «extrema violencia»de las protestas que «desbordan completamente el ámbito de la libertad de manifestación» en palabras del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang. Para Pekín, estas protestas cuestionan el Estado de derecho, el orden social, la seguridad ciudadana y el principio de «un país, dos sistemas». Por ello, Shuang ha reiterado el apoyo de Pekín a la jefa de Gobierno hongkonesa, Carrie Lam, y a la Policía que interviene para «restaurar el orden».

Ya son casi tres meses de movilizaciones marcadas por hitos como la huelga general del 5 de agosto para protestar contra un proyecto de ley de extradición que permitiría enviar a responsables de delitos de Hong Kong a China y para exigir una investigación imparcial sobre la violencia policial.

abc

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