Según el Instituto Peterson para la Economía Internacional (PIIE, con sede en Washington), las tarifas vigentes desde el 1 de septiembre se extienden a renglones que hasta ahora no han sido afectados directamente: el calzado, la ropa y los textiles representan más de un tercio del valor de esas mercancías.
A partir de este 1 de septiembre, el porcentaje de ropa y textiles chinos gravados con aranceles en EEUU se eleva del 10 al 87%; y el del calzado, del 7 al 53%.
La siguiente batería de aranceles, prevista para el 15 de diciembre, se extenderá a unos 160.000 millones de dólares de importaciones chinas, principalmente teléfonos móviles, relojes inteligentes, consolas de videojuegos, monitores de computadora y adornos navideños.
Después de que China adelantase la intención de imponer nuevos aranceles a los productos importados desde EEUU, Trump anunció una serie de medidas que, según él, reducirán la dependencia de su país al mercado chino.
El pasado 23 de agosto el presidente de EEUU anunció que su país aumentará los aranceles del 10% al 15% sobre los bienes y servicios chinos por valor de 300.000 millones de dólares. Además, otra subida del 25% al 30% a productos por un valor de 250.000 millones de dólares se aplicará a partir del 1 de octubre. Desde marzo de 2018, el presidente estadounidense lanzó una guerra de aranceles con el objetivo de presionar a Pekín para alcanzar un acuerdo comercial que ponga fin a prácticas comerciales que Washington considera "desleales".
China, sin embargo, no ha cedido. El Consejo de Estado chino anunció que se aplicarán aranceles que van del 5 al 10% a los productos estadounidenses por valor de 75.000 millones de dólares, y algunos entrarán en vigencia el 1 de septiembre y otros el 15 de diciembre; el último paquete también incluirá un arancel del 25% a los automóviles estadounidenses.
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