"En Perú hay regiones como Cusco (sur) que, según el Instituto Nacional de Defensa Civil y el Servicio Forestal y de Fauna Silvestre, tienen quemas recurrentes de bosques y donde al año hay al menos un incendio que afecta como mínimo 1.000 hectáreas. En Perú se deforestan más o menos 150.000 hectáreas de bosques al año", indicó Vásquez, ingeniera forestal.
Entre las razones detrás de estos fenómenos, afirma la experta, están el tráfico de tierras y la especulación, aunque también las quemas que realizan ganaderos para ganar tierras de pastoreo o agricultores que incendian sus campos para la preparación de nuevas siembras.
Estas quemas para actividades agropecuarias, afirma Vásquez, son en cierto punto normales.
"En general el fuego es un elemento ampliamente difundido en el paisaje de la Amazonía y se usa como práctica agrícola para limpiar áreas recientemente deforestadas, para desarrollar actividades agropecuarias. El problema es que por el tipo de suelo que tiene la Amazonía, esta quema de rastrojos lo que hace es reducir la capa fértil para los cultivos y lo único que se logra es acelerar los procesos de degradación de suelos", explicó la ingeniera.
Esta práctica, por otro lado, genera "que se revelen otros objetivos perversos tras estas quemas, como pueden ser el tráfico de tierras o su especulación".
Según DAR, los años en los que se han registrado los mayores incendios forestales en Perú coinciden con aquellos con las sequías más agudas.
"En Perú, los años 2005, 2013 y 2016, años que presentaron sequías importantes, coincidieron con la ocurrencia de quemas descontroladas que se volvieron incendios forestales de gran magnitud, lo que produjo un aumento considerable de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en esos años", indica DAR citando estudios del Sistema de Emisión de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG).
Para Vásquez, el bosque amazónico en Perú "no estaba acostumbrado a la presencia de incendios forestales" y las quemas ordinarias no trascendían gracias a la humedad que poseía éste.
Sin embargo, este panorama ha cambiado desde que el cambio climático ha entrado en juego en la dinámica ambiental.
"Ahora un elemento está sobre la mesa en este problema y es el cambio climático, el cual está haciendo que cada vez se reduzca más la resiliencia de estos bosques, haciéndolos más vulnerables a estas quemas", afirma.
DAR afirma que, según datos del Instituto Nacional de Defensa Civil, en 2016 el departamento de Loreto (norte), el más grande de la Amazonía peruana, registró un incendio forestal en el que se perdieron 13.000 hectáreas.
Asimismo, en 2005 el departamento de Junín (centro) enfrentó un incendio en el que se perdieron 53.000 hectáreas de áreas verdes.
Ambos desastres, afirma DAR, hicieron que Loreto y Junín encabecen la lista de departamentos con mayor emisión de GEI, por encima de Lima (centro), una ciudad con 10 millones de habitantes y un parque automotor cercano a las 1,8 millones de unidades.
sputnik