La terminal dejó de operar el 14 de agosto. Dos días antes, los participantes en las protestas habían ocupado las salas de salidas haciendo imposible el funcionamiento normal del aeropuerto.
Las operaciones en uno de los aeropuertos más concurridos del mundo se reanudaron el martes 13 por la mañana, pero fueron cancelados unos 300 vuelos.
La prohibición judicial provisional, recibida por la administración del aeropuerto, sigue en vigor. La disposición prohíbe organizar protestas en el territorio de la terminal aérea a excepción de dos zonas especiales creadas en áreas apartadas.
Hong Kong vive desde el 9 de junio una oleada de protestas cuyo detonante fue la controvertida ley de extradición que permitiría entregar a los prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y la China continental.
Los críticos de esta normativa temen la entrega de disidentes políticos a Pekín.
A mediados de junio, el Gobierno de Hong Kong suspendió la polémica ley, pero se negó a revocarla por completo, por lo que las protestas y los choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes continúan.
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