El Senado de Estados Unidos en pleno ha decidido este martes de forma casi unánime a favor de votar sobre el nuevo tratado tributario con España, atascado en el Capitolio desde hacía cinco años. Prácticamente todos, republicanos y demócratas, se han unido en contra el intento de bloquearlo de un único senador republicano, Rand Paul de Kentucky, que ya tuvo el acuerdo congelado en la comisión financiera de la cámara alta por considerar que era una concesión inaceptable a la Hacienda española.
El voto de este martes es el primero en el pleno del Senado sobre un acuerdo negociado en 2013 por los gobiernos de Barack Obama y Mariano Rajoy y que tiene como finalidad acabar con la doble imposición y aligerar el peso tributario para las inversiones mutuas entre particulares y empresas de los dos países. De los 100 senadores, 94 han votado a favor, cinco han estado ausentes y sólo uno, Paul, se ha opuesto. Se abre ahora un plazo de 30 días en que el Senado ratificará con toda probabilidad el acuerdo, que después entrará ya en vigor.
Antes del voto, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, pidió a la cámara un voto favorable porque este nuevo tratado permitirá a empresas españolas como Acerinox invertir más dinero y crear más puestos de trabajo en estados como Kentucky —al que él y Paul representan en el Capitolio— porque reducirá la carga impositiva sobre su filial North American Stainless al anular una serie de retenciones en la fuente.
Según dijo McConnell en una intervención antes del voto: «He escuchado a empresarios en mi estado, Kentucky, que aprobar este acuerdo es importante para dar un mensaje de estabilidad a nuestros socios, y espero que mis compañeros aquí en el Senado tomen nota, porque esto es también válido en sus estados y será bienvenido en ellos para crear más empleos». La filial de Acerinox tiene presencia en Kentucky, Georgia, Illinois y Pensilvania.
El nuevo protocolo incluye cambios para facilitar las inversiones directas entre España y EE.UU. En el caso de dividendos, intereses y ganancias de capital, entre otros, acaba con la tributación en la fuente, con la excepción de enajenación de inmuebles o sociedades que tengan principalmente bienes inmuebles como activo.
Para las personas físicas que hayan contratado un plan de pensiones en España y deseen trasladarlo a EE.UU., viceversa, el nuevo tratado permite la transferencia de los fondos sin adeudo de impuestos. El acuerdo establece además unos mecanismos de conciliación y procedimientos arbitrales para impedir el problema de la doble imposición, muy habitual en EE.UU.
Además el nuevo pacto fiscal facilitará la inversión en España de empresas tecnológicas y farmacéuticas de EE.UU. al anular los cánones —cesión de derechos a través de licencias— que en la actualidad obligan a retener entre un 5% y un 10% de los ingresos en origen.
Los gobiernos de España y EE.UU. renegociaron su convenio de doble imposición en 2013 y este pasó a las cámaras legislativas de ambos. En España se publicó en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el 14 de julio de 2014. En el Capitolio el acuerdo fue aprobado por la comisión de Exteriores del Senado en noviembre de 2015, pero quedó atascado en la comisión financiera, que finalmente lo aprobó el 26 de junio.
Junto al de España, el Senado está en vías de aprobar enmiendas a los acuerdos tributarios con Japón, Suiza y Luxemburgo.
abc