La economía china se ralentiza a su ritmo más bajo desde principios de los 90

  15 Julio 2019    Leído: 434
La economía china se ralentiza a su ritmo más bajo desde principios de los 90

Sufriendo los efectos de la guerra comercial con EE.UU. y un cambio de modelo, el PIB de China creció un 6,3 por ciento en la primera mitad del año.

En medio de un cambio de modelo y una severa guerra comercial con Estados Unidos, la economía china sigue ralentizándose. Durante el primer semestre, su Producto Interior Bruto (PIB) creció un 6,3 por ciento con respecto al año anterior, según anunció este lunes el Buró Nacional de Estadísticas. Mientras la subida fue del 6,4 por ciento en el primer trimestre, en el segundo se frenó al 6,2, la cifra más baja desde que se empezaron a publicar estos datos en marzo de 1992. Entonces, China trataba de abrirse al mundo haciendo frente al boicot internacional por la matanza de Tiananmen tres años antes, de la que se cumplió su 30º aniversario el mes pasado. Ni siquiera tras la crisis global que estalló en 2008, el PIB chino había caído por debajo del 6,4 por ciento.

Pero esta desaceleración se encuentra dentro de las previsiones del régimen, que se ha marcado para este año un crecimiento de entre el 6 y el 6,5 por ciento. A pesar de las dificultades que atraviesa la economía china, cuyas exportaciones ya están sufriendo los aranceles multimillonarios decretados por Trump, hay algunos datos positivos. Según informa la agencia estatal de noticias Xinhua, el sector servicios, que ya aporta el 54,9 por ciento del PIB, se elevó un 7 por ciento en la primera mitad del año, por encima de la agricultura (3 por ciento) y la industria (5,8 por ciento). Por su parte, el consumo sigue relevando a las exportaciones como motor del crecimiento chino, contribuyendo ya con un 60,1 por ciento a la subida del PIB nacional.

«Los datos económicos se enfrentan todavía a una presión a la baja en la segunda mitad del año. Aunque ya hay muchos factores positivos, la vitalidad del mercado será gradualmente estimulada», prometió el portavoz del Buró de Estadísticas, Mao Shengyong, según recoge el periódico «South China Morning Post». Para hacer frente a la ralentización, el autoritario régimen de Pekín ha puesto en marcha medidas de estímulo económico, como el aumento de las inversiones públicas y la reducción de impuestos y reservas de los bancos para que haya liquidez en el mercado y el dinero se mueva.

Gracias a estos impulsos, algunas variantes de la economía china fueron bastante mejores de lo esperado en junio. Es el caso de la producción industrial, que creció un 6,3 por ciento con respecto al mismo mes de 2018 y por encima de la subida del 5 por ciento registrada en mayo, la más baja desde febrero de 2002. Dentro de la producción industrial, las manufacturas se elevaron un 6,2 por ciento interanual, superando también el crecimiento del 5 por ciento alcanzado en mayo.

Estos últimos datos vuelven a confirmar el empuje del sector privado en China, que tiró del crecimiento pese a no tener acceso a las principales industrias, como la energía, las telecomunicaciones y las infraestructuras, controladas por los monopolios estatales. Mientras el sector privado creció un 8,3 por ciento en junio y un 8,7 por ciento en el primer semestre, las empresas públicas solo subieron un 6,2 y un 5 por ciento, respectivamente, en esos mismos periodos.

La inversión en activos fijos, que refleja la confianza nacional en el sector inmobiliario, las infraestructuras y la maquinaría, se elevó un 5,8 por ciento entre enero y junio, una cifra no demasiado halagüeña. Aunque hubo importantes subidas en la inversión minera, que registró un crecimiento del 22,3 por ciento, la inversión privada en el inmobiliario solo se elevó un 10,9 por ciento en el primer semestre, por debajo del 15,8 por ciento interanual registrado hasta mayo. «El nivel de inversión fue relativamente bajo», reconoció el portavoz del Buró, según recoge el SCMP.

Algo mejor le fue a las ventas al por menor, que crecieron un 9,8 por ciento, por encima del 8,6 por ciento de mayo y del 7,2 de abril, la cifra más baja desde mayo de 2003. Con las importaciones cayendo un 7,3 por ciento en junio como consecuencia de la guerra comercial, hay bastantes dudas sobre la confianza de los consumidores chinos en la economía. Aunque su PIB tiene todavía margen para cumplir las previsiones de las autoridades, podría ralentizarse aún más en la segunda mitad del año si la tregua con EE.UU. acordada en el G-20 de Japón no trae un acuerdo.

Abc


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