Estas vivencias místicas que incluyen sensaciones extracorpóreas, alucinaciones visuales o auditivas, pensamiento acelerado, distorsión del tiempo y otros síntomas físicos y espirituales son comunes tanto para individuos que han pasado por situaciones verdaderamente mortales como ataques cardíacos, accidentes de tráfico, ahogamiento o combate como entre aquellos que no han estado en peligro de muerte inminente.
Los investigadores entrevistaron a 1.034 personas laicas de 35 países que fueron seleccionadas una plataforma de colaboración en línea y les preguntaron si alguna vez habían tenido una ECM. A los entrevistados que respondieron afirmativamente, les pidieron más detalles que se evaluaron en base a la llamada escala Greyson que mide las ECM en función de 16 síntomas específicos.
Un total de 289 personas dijeron haber experimentado una ECM, y 106 de ellas alcanzaron un umbral de 7 en la escala de Greyson, lo que confirma una experiencia verdadera.
Las experiencias más recurrentes, según los entrevistados, eran percepción anómala del tiempo (87%), pensamiento acelerado (65%), intensidad excepcional de sentidos (63%) y sensación de estar separados de su cuerpo (53%).
El 73% de las personas que afirmaron haber tenido una ECM la definieron como desagradable y el 27%, como placentera. Entre aquellos que lograron una puntuación de 7 o más en la escala Greyson, sin embargo, esa proporción fue del 14 y el 53%, respectivamente.
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