Aspira al título en la última jornada tras recortar 11 puntos"El Granada puede hacer algo, claro", dice Zidane
No hay tarde de baño y masaje en el Bernabéu. Todo cuesta sudores al Real Madrid de Zidane, que se está habituando a resistir en el alambre. Y escapar sin apenas rasguños. Ante el City el miércoles, el solitario gol de Bale fue canjeado por un billete a Milán y ayer, también con angustias, logró seguir vivo en la Liga gracias a una victoria con más capas de las que parecía en la segunda parte, ya con 3-1 en el marcador y las guirnaldas puestas en honor a Arbeloa. El Valencia apretó para reducir distancia, quedando el campeonato de repente en sus botas. Si empataba, alirón en el Camp Nou. «Tuvimos un poquito de confusión», decía Zidane después con media sonrisa, como el que camina tan tranquilo por un campo de minas. Con ese swing, de imponente seguridad, de calma ante el huracán, el francés ha cambiado la vida al Real Madrid en poco más de cuatro meses. Cogió un equipo desnortado y lo ha metido en la final de la Champions y empujado hasta la última orilla de la Liga con opciones reales de levantar el título. Un torneo perdido, amortizado, que ahora asoma tras la Alhambra. «Claro que el Granada puede hacer algo al Barça», advertía ayer el entrenador blanco tras conocer que la última jornada se jugará en dos pistas a la vez, Riazor y Los Cármenes. «Nosotros tenemos que centrarnos en ganar», recetaba a los suyos, lanzados en una racha de 11 triunfos seguidos en la Liga. Un número de especial simbología en estos días en el Bernabéu, con Milán al fondo. «Nada de reservar jugadores en Riazor», aseguraba girando la cabeza. Empieza a haber cierto pálpito de milagro en el vestuario y el club blanco por culpa del aura que desprende Zidane, afortunado hasta ahora en casi todo. Incluso, como ayer, cuando se aturulla un poco en el carrusel de cambios (Cristiano por Arbeloa, James que va a marcharse y luego se queda...) las cosas le terminan saliendo. Acumula su Madrid ya desde enero triunfos en los últimos minutos, algunas sonoras remontadas y una habilidad para sobrevivir en condiciones límite que bien puede ir asustando a sus rivales, el Barcelona primero y después el Atlético, en la final de la Champions. A los vecinos ayer les adelantó en la tabla, segundo ahora el equipo blanco camino de una última jornada para seguir presionando al líder. «¿Puede el Granada hacer tropezar al Barça? Tenerife con el Madrid, Valencia con el Depor... Hubo en la historia muchos equipos salvados que al final fueron decisivos», recordaba Arbeloa con mucha intención, vestido aún con su camiseta, feliz con el cariñoso homenaje que la afición le dedicó en su último partido en el Santiago Bernabéu.
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