Esta evolución que experimentarían los humanos marcianos los alejaría tanto de los terrícolas que no podrían tener hijos con ellos.

En un estudio de Scott Solomon, profesor de la Universidad Rice (EE.UU.), citado por Inverse, se explica la causa: Debido a las difíciles condiciones de vida, la tasa de mortalidad de los primeros colonos sería muy alta, lo que reforzaría la importancia de los cambios genéticos instigados por el alto nivel de radiación.

“Si una mutación aparece en las personas que viven en Marte y les da una ventaja de supervivencia del 50 %, es una gran ventaja, ¿verdad? Y eso significa que los individuos van a transmitir esos genes a un ritmo mucho más rápido de lo que lo harían en otro caso”, explica el biólogo Solomon.

Un aumento de la densidad de los huesos, la aparición de la miopía como rasgo congénito, el cambio del color de la piel y la capacidad de utilizar el oxígeno de una manera más eficiente son algunas de las adaptaciones más probables que, según el experto, sufrirían los colonos.

Pero el primer gran cambio sería la pérdida del sistema inmunológico, ya que este sería innecesario en el ambiente estéril de las nuevas colonias.

Sin embargo, la trayectoria evolutiva de la población marciana dependería de la diversidad genética. Es decir, para obtener el mejor resultado posible, la colonia debería consistir en cientos de miles de personas procedentes de todas las poblaciones genéticas de la Tierra.

HispanTV.es

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