Se le considera el «Santo Grial» de la criptografía histórica porque desde su descubrimiento para los investigadores a principios del siglo XX, intento tras intento de saber qué eran los símbolos y variopintos dibujos de su interior, todos han resultado fallidos - incluidos los de la CIA y de la inteligencia artificial-. Hasta ahora. El indescifrable Códice Voynich, que los expertos datan a principios del siglo XV, ha sido descodificado por un académico de la Universidad de Bristol (Reino Unido) que «con ingenio y pensamiento lateral» ha averiguado que está escrito en una lengua extinta anterior a las lenguas romances. Y solo ha necesitado dos semanas.
Gerard Cheshire, investigador asociado de la citada universidad, es el autor de un estudio revisado por pares en la revista «Romance Studies». En su artículo Cheshire describe cómo descifró con éxito el códice del manuscrito y señala que se trata del único ejemplo conocido de la lengua anterior a las lenguas romances -de las que luego se derivarían el español, el portugués, el italiano o el francés, entre otras-.
«Experimenté una serie de momentos 'eureka' mientras descifraba el código, seguido de una sensación de incredulidad y emoción cuando me di cuenta de la magnitud del logro, tanto en términos de su importancia lingüística como de las revelaciones sobre el origen y el contenido del manuscrito», explica el académico para portal científico Phys.org.
Según Cheshire, aunque él se ha limitado solo a saber en qué idioma estaba escrito, las revelaciones de su contenido «son aún más sorprendetes que los mitos y fantasías que ha generado». Del manuscrito se ha dicho desde que era un tratado desde un herbario a un tratado alquímico. El investigador ha descubierto, por ejemplo, que el códice fue compilado por unas monjas dominicas como fuente de referencia para María de Castilla (reina de Aragón), que vivió entre 1401 y 1458, lo que coincidiría con las pistas aportadas por la prueba del carbono catorce, que datan el códice entre 1404 y 1438.
«Tampoco es exagerado decir que este trabajo representa uno de los desarrollos más importantes hasta la fecha en la lingüística románica. El manuscrito está escrito en proto-romance, ancestral de las lenguas romances actuales. El idioma utilizado era utilizado en el Mediterráneo durante el período medieval, pero rara vez estaba escrito en documentos oficiales o importantes porque el latín era el idioma de la realeza, la iglesia y el gobierno. Como resultado, el proto-romance se perdió del registro. Hasta ahora», indice el experto.
Aquí se muestra la palabra 'palina', que es una vara para medir la profundidad del agua. La letra 'p' ha sido extendida - Códice Voynich
Al ser un lenguaje extinto, su decodificación ha sido más complicada: «Su alfabeto es una combinación de símbolos tanto desconocidos como familiares. No incluye signos de puntuación, aunque algunas letras tienen variantes de símbolos para indicar puntuación o acentos fonéticos. Todas las letras están en minúsculas y no se reflejan las dobles consonantes. Incluye diptongos, trivalentes, cuadrifongos e incluso quintifongos para la abreviatura de componentes fonéticos. También incluye algunas palabras y abreviaturas en latín», indica en el estudio.
Controversia en las redes
Por supuesto, las voces críticas con el estudio de Cheshire no han tardado en aparecer. Lisa Fagin Davis, directora de la Medieval Academy of America, escribía a través de las redes sociales: «Lo siento, amigos, pero el 'lenguaje proto-románico' no es un concepto. Es solo una tontería ambiciosa».
Sorry, folks, "proto-Romance language" is not a thing. This is just more aspirational, circular, self-fulfilling nonsense. https://t.co/iyD66nmBRr
— Lisa Fagin Davis (@lisafdavis) 15 de mayo de 2019
Al portal especializado Ars Technica, la propia Fagis comenta que la teoría del académico británico «comienza con una teoría sobre lo que podría significar una serie particular de glifos, generalmente debido a la proximidad de la palabra a una imagen que cree que puede interpretar. Luego investiga cualquier número de diccionarios medievales en lengua románica hasta que encuentra una palabra que parece adaptarse a su teoría. Después argumenta que debido a que ha encontrado una palabra en lengua romance que se ajusta a su hipótesis, su hipótesis debe ser correcta. Sus "traducciones" de lo que es esencialmente incomprensible, una amalgama de múltiples idiomas, son en sí mismas aspiraciones en lugar de ser traducciones reales».
Descifrar todo el códice
El siguiente paso es utilizar este conocimiento para traducir todo el manuscrito y compilar un léxico, que Cheshire reconoce que llevará tiempo y financiación, ya que consta de más de 200 páginas. «Ahora que el lenguaje y el sistema de escritura ha sido descifrados, las páginas del manuscrito han sido abiertas para que los académicos exploren y revelen, por primera vez, su verdadero contenido lingüístico e informativo». Esperemos que no se tarde otro siglo.
Abc