“Irán es un país importante para nosotros y las sanciones no afectarán solo a este país, sino perjudicarán toda la región”, aseveró el jueves el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu.

El jefe de la Diplomacia turca acotó que su país no podrá acatar las sanciones unilaterales que Washington reimpuso contra Teherán tras su salida del pacto nuclear en 2018.

EE.UU. puso fin a las exenciones que otorgaba a ocho países para importar libremente petróleo procedente de Irán, entre ellos Turquía, de modo que, a partir del 2 de mayo, todos los países importadores de energía iraní tenían que someterse al embargo unilateral de Washington.

Además, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, anunció sanciones contra el hierro, el acero, el aluminio y el cobre de la República Islámica de Irán con el fin de “limitar los ingresos del país persa en diversos sectores”.

Con fecha anterior, Cavusoglu expresó el rechazo de Ankara a la decisión de EE.UU., señalando que las sanciones “no servirá para la paz y estabilidad regional, sin embargo, perjudicarán al pueblo iraní”. Turquía, según Cavusoglu, rechaza las “unilaterales imposiciones sobre cómo conducir las relaciones con los vecinos”.

De hecho, Ankara ha asegurado que seguirá comprando el crudo iraní para sus refinerías, puesto que las características de sus refinerías son concretas para el petróleo iraní y que las sanciones perjudican las relaciones comerciales de Turquía.

Para eludir las sanciones a la exportación de petróleo iraní, las autoridades de Ankara han planeado establecer nuevos mecanismos comerciales con Irán, como el  Instrumento de Apoyo a los Intercambios Comerciales (Instex, por su acrónimo en inglés) creado por las partes europeas del acuerdo nuclear, Francia, el Reino Unido y Alemania.

HispanTV.es

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