"Fue un fraude iniciado ilegalmente que nunca debió haber ocurrido, una pérdida grande y enorme de tiempo, energía y dinero —$30.000.000, para ser exactos—", tuiteó el mandatario.

También instó a llevar ante la justicia a "algunas personas muy enfermas y peligrosas que han cometido delitos muy graves, tal vez incluso el espionaje o la traición".

"Esto nunca debería volver a suceder", acotó.

En un tuit anterior, el presidente había calificado de "fabricados y totalmente falsas" las declaraciones de "ciertas personas" sobre él recogidas en el informe de Mueller que, según Trump, es obra de "18 demócratas enfadados que odian a Trump".

El Departamento de Justicia de EEUU publicó una versión recortada del informe de Robert Mueller, que desde mayo de 2017 había estado investigando la supuesta intervención de Rusia en el proceso electoral de EEUU en 2016, así como las sospechas de que el presidente estadounidense podría obstaculizar estas pesquisas.

El fiscal general de EEUU, William Barr, declaró que la investigación no halló evidencias de que Trump, o su campaña, hayan conspirado con Rusia para interferir en las elecciones de 2016.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que el informe de Mueller no aporta pruebas de la supuesta injerencia de Moscú en las presidenciales estadounidenses de 2016, y lamentó que "documentos de esta calidad afecten directamente el desarrollo de las relaciones bilaterales ruso-estadounidenses".

Las autoridades rusas ya habían rechazado en ocasiones anteriores las acusaciones de presunta interferencia en procesos electorales, ya sea en EEUU u otros países.

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