Las consultas que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, mantuvo el 15 y el 16 de abril con representantes de los distintos partidos políticos que obtuvieron representación en la Knéset, donde hay 120 asientos, certifican que Netanyahu será el próximo primer ministro.

De hecho, Netanyahu comenzó a dialogar con partidos ultraortodoxos afines y de extrema derecha inmediatamente después de las elecciones del 9 de abril.

Los analistas indican que Netanyahu conseguirá formar su gobierno en los 28 días que tendrá para negociar con sus aliados, que podrían extenderse otros 14 días si fuera necesario.

A partir de ahora Netanyahu negociará la distribución de las carteras ministeriales y las demandas de los distintos partidos.

La demanda más problemática será sin duda la del líder israelí de Nuestra Casa, Avigdor Lieberman, quien el 15 de abril por la noche condicionó su entrada en el Gobierno al reclutamiento de jóvenes religiosos que estudian en las escuelas rabínicas.

Lieberman, cuyo partido tiene cinco escaños, dijo que si no se aprueba una ley de reclutamiento universal, su formación no entrará en el Gobierno y forzará la celebración de otras elecciones.

Netanyahu tendrá que abordar esta demanda con los partidos ultraortodoxos, que tienen 15 escaños y que se oponen al reclutamiento de los jóvenes que estudian en las escuelas rabínicas.

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