Según ha informado este domingo el rotativo israelí The Times of Israel, las autoridades israelíes han avanzado planes para la construcción de 3659 viviendas en la Cisjordania, lo que supone la cantidad más grande de aprobaciones para la construcción de colonias desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, un fiel aliado de Israel, llegó al poder.
Unas 1200 viviendas en cuestión serán construidas en zonas a gran distancia de la llamada Línea Verde— que separa los territorios administrados por el Estado palestino de los controlados por el régimen de Tel Aviv—, una grave violación de las normativas internacionales.
Uno de los puntos más importantes de esta aprobación ha sido el hecho de que Israel ha dado luz verde para construir más de 720 viviendas ilegales en la zona de Haresha, en el centro de Cisjordania, zona que hasta la fecha las mismas autoridades israelíes no reconocían las cerca de 50 viviendas construidas ahí ya que la zona está rodeada de tierras de propiedad privada de palestinos. El régimen israelí ha ordenado la expropiación de estas tierras.
También de importancia es la aprobación para construir 289 viviendas ilegales en una colonia adyacente a la aldea beduina palestina de Jan al-Ahmar, de modo que parte de esta aldea llegaría a ser parte de la mencionada colonia tras la construcción de nuevas viviendas.
Reaccionando al respecto la oenegé israelí Peace Now (Paz Ahora) ha condenado la medida y ha advertido que la de facto anexión de Cisjordania por parte de Israel hace imposible que se pueda lograr un acuerdo de paz mientras que denunció al primer ministro Benjamín Netanyahu por proponer la anexión de las tierras palestinas como una maniobra electoral para conseguir más apoyo.
El sábado, Netanyahu prometió, en caso de ser reelegido en las elecciones parlamentarias previstas para el martes, la anexión de los asentamientos ilegales israelíes existentes en Cisjordania, una medida que fue interpretada por muchos analistas y medios como un acto para ganar más popularidad entre los votantes.
Los asentamientos construidos en Cisjordania, tierra ocupada por Israel en 1967, son ilegales desde el punto de vista del derecho internacional, además de que una gran parte de la comunidad internacional los ve como un gran obstáculo para la paz.
En los últimos años, y en especial tras la llegada al poder de Trump en Estados Unidos (enero de 2017) y debido a los amplios apoyos de este a Israel, las autoridades israelíes han impulsado varias medidas fuertemente criticadas y de carácter ilegal, como la apropiación de más tierras palestinas.
HispanTV.es
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