"Respondimos a una situación urgente en la embajada en Madrid (…) Reconocemos y pedimos disculpas por cualquier inconveniente causado a las autoridades españolas", publicó el grupo, también conocido como Joseon Libre.
Al mismo tiempo, el grupo afirmó que lo ocurrido en la embajada "no fue un ataque".
"Fuimos invitados a la embajada y, contrariamente a los reportes, nadie fue amordazado ni golpeado; por respeto a la nación anfitriona que es España, no se usó ninguna arma", dice la nota.
El grupo aseguró también que "todos los ocupantes de la embajada fueron tratados con dignidad y la debida precaución".
De acuerdo con el texto, ningún gobierno estuvo involucrado en los hechos.
Sin embargo, la organización reconoció que "compartió cierta información de enorme valor potencial con el FBI en Estados Unidos, bajo condiciones de confidencialidad mutuamente acordadas".
"Esa información fue compartida de manera voluntaria y a su petición, no la nuestra; parece que esos términos fueron violados", indica el escrito.
Según la Audiencia Nacional española, el 22 de febrero de 2018 un grupo de diez personas entró en la Embajada de Corea del Norte en Madrid, donde maniataron y golpearon al personal de la sede diplomática y permanecieron en el edificio durante varias horas.
El comando, que presuntamente estaba armado, se llevó varias pertenencias de material informático de la embajada.
El ciudadano mexicano Adrián Hong Chang, identificado como el líder del asalto, se fue primero a Lisboa y luego a Nueva York y, varios días después se puso en contacto con el FBI (Buró Federal de Investigación) para facilitar información relativa a lo ocurrido en la embajada.
Las personas sospechosas de participar en el asalto están siendo investigadas por la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo, todos ellos cometidos en un contexto de pertenencia a organización criminal.
Sputniknews
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