La apariencia física de una persona juega un papel muy importante en cómo evoluciona su vida. No solo la personal, sino también la laboral, y define y dibuja el lugar de las personas en la sociedad. Como ejemplo, que en 2011 y en 2013 dos grupos de investigadores británicos descubriesen que la gente atractiva de media posee un mayor cociente intelectual y que siguen una carrera profesional con más salidas que las personas con una apariencia dentro de la media.
Ahora, este nuevo estudio, realizado por las sociólogas Leah Sheppard y Stefanie Johnson, de la Universidad de Colorado en Boulder (EEUU), señala que el hecho de ser más atractivo solo implica más éxitos a nivel laboral en el caso de los hombres y que las mujeres se ven perjudicadas.
Para ello, prepararon varias docenas de casos ficticios laborales, problemáticos y exitosos, liderados por hombres y mujeres atractivos y no atractivos. Todos los casos tenían aproximadamente el mismo con la salvedad de que el sector laboral de la compañía, el sexo del jefe y su fotografía eran distintos.
Todos esos casos los tuvieron que leer 200 voluntarios escogidos por las investigadoras. ¿Su objetivo? Evaluar la idoneidad de las declaraciones de un jefe en particular y señalar las que fuesen más convincentes.
¿El resultado? Que tanto los hombres como las mujeres trataban a las mujeres atractivas con un alto cargo de manera similar. En general, confiaban mucho menos en estas que en las mujeres poco atractivas y que en los hombres feos.
Los resultados, según las autoras del artículo, sugieren que el pequeño número de mujeres atractivas físicamente y, en general, de jefas atractivas presente en los negocios no se debe al machismo o al hecho de que el trabajo en puestos de liderazgo se considera tradicionalmente una vocación masculina. Esta brecha de género, según el estudio, está relacionada con un fenómeno que ellos llaman el efecto 'mujer fatal'.
El efecto, explican las sociólogas, está relacionado con la historia de la evolución del ser humano y consiste en que tanto hombres como mujeres inconscientemente creen que las mujeres guapas son peligrosas para su propia carrera profesional y para su bienestar familiar. Los hombres ven en ellas una amenaza para la estabilidad familiar y, las segundas, peligrosa competencia.
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