El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, llegó el domingo a Washington, capital de EE.UU., en el marco de una visita oficial de tres días, en la que le acompañan seis de sus ministros, entre ellos el canciller Ernesto Araújo, el titular de Economía Paulo Guedes y el de Justicia y Seguridad Sergio Moro.

Es el primer viaje oficial al exterior de Bolsonaro desde que asumió el poder el 1 de enero. La medida rompe la tradición de los nuevos presidentes brasileños de realizar su primera visita oficial a Argentina, lo que demuestra el gran apego de Bolsonaro al inquilino de la Casa Blanca.

“Por primera vez en mucho tiempo, un presidente brasileño que no es antiestadounidense llega a Washington. Es el comienzo de una alianza por la libertad y la prosperidad, como los brasileños siempre desearon”, dijo Bolsonaro en un mensaje publicado el domingo en su cuenta de la red social Twitter.

Bolsonaro tiene previsto reunirse mañana martes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Despacho Oval de la Casa Blanca para sellar una naciente alianza conservadora, fortificar las relaciones económicas, comerciales y militares y elevar la presión sobre Venezuela, según han reportado medios brasileños.

“Brasil y Estados Unidos asustan a los defensores del retraso y la tiranía en todo el mundo. ¿Quién teme las alianzas con un país libre y próspero? ¡Eso es lo que vinimos a buscar!”, indicó el jefe del Ejecutivo brasileño en otro comentario divulgado en Twitter.

Desde su campaña y luego ya en el Palacio de Planalto, Bolsonaro se ha caracterizado por su postura xenófoba, misógina y racista, cercana, de hecho, a Trump.

Bolsonaro, además, secunda un posible golpe de Estado de Washington en Venezuela, y siguiendo los pasos de la Administración estadounidense ha reconocido al opositor Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (AN) de la República Bolivariana, en desacato judicial desde 2016, como presidente interino de Venezuela.

El Gobierno brasileño colaboró también con Washington en su conato fallido de ingresar por la fuerza la supuesta ayuda humanitaria a Venezuela. El Gobierno de Caracas tachó de “hipócrita” la ayuda estadounidense, pues EE.UU. no trataba de ayudar sino de entregar armas a los sectores violentos de la ultraderecha y promover una intervención militar en Venezuela.

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