Las declaraciones del mandatario turco hacen alusión a la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), a las que Turquía considera terroristas.
Tras recordar la “exitosa” operación “Rama de Olivo” que Turquía lanzó en enero de 2018 en la ciudad de Afrin (norte de Siria) para destruir a las YPG y establecer una zona de seguridad en su frontera con Siria, Erdogan ha subrayado que Ankara limpiará también de “terroristas” Manbij, en la provincia norteña de Alepo.
A medida que el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) se debilita significativamente en Siria, se perfila cada vez más en el horizonte la perspectiva de un nuevo conflicto que involucre a Turquía y a los kurdos.
Aunque Ankara asegura que sus operaciones no suponen una amenaza para el Gobierno sirio, Damasco ha condenado la intervención turca, subrayando que Afrin es parte inalienable del territorio sirio.
Por otro lado, el jefe del Estado turco ha subrayado que Ankara establecerá una zona segura en el norte del país árabe para que los sirios puedan regresar pacíficamente a su país.
Entre tanto, los kurdo-sirios han rechazado ya la decisión de Turquía que pretende crear una “zona de seguridad” en el norte de Siria.
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