Una investigación de la Universidad Johns Hopkins de EE.UU. ha descubierto que los asteroides pueden ser mucho más difíciles de destruir de lo que se pensaba. El estudio publicado este lunes utilizó una nueva comprensión de la fractura de la roca y un nuevo método de modelado por computadora para simular las colisiones de asteroides.
Los científicos creían que mientras mayor era el objeto, más fácil se rompería, porque era altamente probable que tuviera fallas o grietas. Sin embargo, los recientes hallazgos muestran que los asteroides son más fuertes y se requiere mucha energía para destruirlos por completo.
"¿Cuánta energía se necesita para romper un asteroide en pedazos?", postuló el autor del estudio Charles El Mir, doctor del Departamento de Ingeniería Mecánica. Según su modelo, en una presunta colisión el asteroide solo se rompería en pedazos más pequeños que después serían reagrupados por el potencial efecto de la gravedad del núcleo.
Es decir, los científicos comprobaron que el asteroide no se agrietó en su totalidad y los fragmentos dañados se redistribuyeron sobre el núcleo, por lo tanto se necesitaría más energía para demolerlos.
En la primera fase de la simulación del impacto se formaron millones de grietas, un cráter y partes del asteroide fluyeron como arena. En la segunda fase se consideraron los efectos de la fuerza gravitacional del núcleo, que ejerció un fuerte tirón sobre los fragmentos horas después de la colisión.
Frente a estos resultados, si un ejemplar viniera hacia la Tierra, "¿es mejor que lo rompamos en pedazos pequeños o que lo empujemos hacia una dirección diferente?", plantea El Mir tras sostener que estudios como este son fundamentales para tomar decisiones al respecto.
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