La decisión tomada, según advirtió el canciller, es "extremadamente inusual" y reafirma la posición británica de que se trata de "una mujer inocente que ha pasado tres años en una cárcel iraní separada de su marido y su hija".
"Representa el reconocimiento formal del Gobierno británico de que su tratamiento infringe las obligaciones de Irán bajo la ley internacional", explicó Hunt en un comunicado.
La situación de Zaghari-Ratcliffe pasa de inmediato a considerarse un "asunto formal de Estado a Estado".
La protección diplomática es distinta que la inmunidad diplomática, que disfrutan los funcionarios y oficiales acreditados en una embajada, y tiene un rango superior a la asistencia diplomática.
En Reino Unido no se conoce un caso reciente de su aplicación a favor de ningún británico.
"No he tomado la decisión a la ligera (…) mi decisión es un importante paso diplomático que indica a Teherán que su comportamiento es erróneo", señaló el canciller.
Hunt advirtió sin embargo que su acción "probablemente no será la varita mágica" que resultará en la liberación de la reclusa.
Empleada en la fundación Thomson Reuters, Zaghari-Ratcliffe fue detenida en el aeropuerto de Teherán cuando se disponía a regresar a Inglaterra después de visitar a sus padres con su única hija.
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