Un ciudadano alemán identificado como Klaus O. ha sido condenado a cadena perpetua por envenenar sándwiches de sus colegas con mercurio, plomo y otras sustancias a lo largo de varios años, reporta The Guardian.
El juicio sobre el hombre de 57 años se realizó este jueves en la Corte regional de Bielefeld, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde un juez lo declaró culpable de intento de asesinato. Asimismo, ordenó que el implicado permaneciera en prisión después de completar la cadena perpetua, lo que en Alemania significa generalmente cumplir 15 años, por ser un peligro para la ciudadanía.
Klaus O. fue arrestado el pasado mes de mayo luego de que una cámara de vigilancia lo grabara poniendo un polvo sospechoso en el sándwich de un colega en la ciudad de Schloss Holte-Stukenbrock. Una redada policial en su vivienda encontró en el sótano un primitivo laboratorio de química, así como una sustancia descrita por el juez como "más peligrosa que todos los agentes de combate utilizados en la Segunda Guerra Mundial".
El hombre planeaba causar daños graves a la salud de varias personas. Dos colegas, de 27 y 67 años, sufrieron daños renales crónicos por envenenamiento con plomo y cadmio, y ahora tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer. Asimismo, un becario de 23 años entró en coma por consumir mercurio, y sufre un daño cerebral permanente.
El acusado se negó a dar explicaciones sobre el objetivo de su accionar. Se reporta que sus abogados planean apelar la sentencia.
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