Asimismo, el magistrado destaca la falta de control de esta empresa que, a pesar de pagar durante años abonos multimillonarios a un agente intermediario, no tenía "formalmente la más remota idea de a quién estaba transfiriendo tales fondos y por qué razón".
Una práctica habitual
El analista de Inteligencia Fernando Cocho duda de que este vaya a ser el último caso que vea la luz en este sector debido a "cómo funciona el sistema de estos procesos de negociación entre países en áreas tan delicadas como la Seguridad y la Defensa".
En este sentido, afirma que "desgraciadamente" es habitual el pago de sobornos en ámbitos como el de la Defensa, "ya sea porque son países en conflicto o ya sea porque son intermediarios que se necesitan para poder entrar en esos países, para poder negociar".
También opina que el entramado de intermediarios que se utiliza en las ventas de material militar o policial a "países que no tienen buena prensa a nivel internacional" obedecería, según el experto, a que el conocimiento de estas operaciones por la opinión pública implicaría "mucho conflicto social" y "muchas explicaciones" por parte de los políticos, de modo que esta práctica se utiliza "para intentar ocultar ese tipo de ventas".
Otros países en el punto de mira
Esta es la tercera pieza del caso Defex, que consta de un total de cinco. Los contratos de suministro militar investigados abarcan cinco países: Arabia Saudita, Egipto, Brasil, Angola y Camerún. En el caso de la pieza sobre Angola, la Fiscalía reclama 50 años de cárcel para Encinas y otros exdirectivos por el presunto desvío de 41 millones de euros que se habrían pagado en comisiones.
RT
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