Si hay un alimento que acapara debates y estudios y que se mira con lupa en las etiquetas de los productos, ese es el aceite de palma. Oleina de palma, palmiste o grasa de palma son algunos de los sinónimos que usan muchas empresas para disimular la presencia de esta grasa vegetal en productos procesados, después de que sus propiedades alimentarias estén en duda.

Este producto, originario de la palma africana y ampliamente extendido por el suroeste asiático, es muy común en productos de bollería y otros preparados alimentarios procesados. Su amplio uso se halla en que es más económico que otros aceites y a su versatilidad. Sin embargo, está muy denostado entre los consumidores por su alto contenido en grasas saturadas que generan enfermedades como el cáncer. Además, la Fundación Española del Corazón pide que se restrinja su consumo debido a que “el exceso de grasa saturada resulta nocivo para la salud cardiovascular”.

Valor nutricional (por cada 100 gramos):

Calorías: 884 kcal

Grasas: 100 gr

Hidratos de carbono: 0gr

Proteínas: 0 gr

Propiedades

El aceite de palma es un producto altamente energético, aunque se trata de calorías vacías, puesto que no aporta ningún tipo de nutrientes, tan solo grasas de las cuales el 50% son saturadas.

Además, se encuentra como ingrediente en productos procesados, que ya de por sí son fuente de grasas y poco valor nutricional. Esto provoca incremento del colesterol y concentración de lípidos en el hígado.

Desde la Fundación Española de Nutrición se hace hincapié en que “la grasa saturada hay que consumirla con moderación y es mejor que sean reemplazadas por ácidos grasos poliinsaturados”.

Lavanguardia

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