Según explica el portal Phys.org, su descubrimiento se basa en el efecto Casimir, que se predijo en el plano teórico en 1948. Este efecto consiste en la atracción que puede haber entre dos objetos en el vacío.
Esto se debe al hecho de que entre dos objetos hay ondas electromagnéticas que contienen energía sin utilizar. A medida que los dos objetos se acercan, estas ondas se exprimen al lado exterior de los objetos y los empujan hacia dentro.
Dicho efecto obtuvo una confirmación práctica en 1996. No obstante, según explicó uno de los autores del nuevo estudio, Frank Wilczek, este efecto también puede tener una fuerza contraria, que él demostró junto con Qing-Dong Jiang, de la Universidad de Estocolmo (Suecia).
Su experimento demostró que la fuerza Casimir entre dos piezas de metal planas puede no solo ser invertida, sino también puede modular su fuerza con la ayuda de un campo magnético externo.
Ello se consigue al insertar entre las dos placas de metal un material quiral. Una vez hecho, la combinación de estos factores como la temperatura, la distancia entre las placas y la fuerza del campo electromagnético afectan a la potencia del efecto Casimir inverso.
De acuerdo con los científicos, la posibilidad de controlar este efecto revolucionaría la industria de los semiconductores, puesto que los microchips modernos se hacen cada vez más diminutos, e incluso tienen características a escala atómica.
Es difícil mantener separadas ciertas partes de estos chips y, gracias al nuevo descubrimiento, podría ser posible mantener la distancia deseada sin entrar en contacto con las propias partes.
Etiquetas: ciencia