"Los refugiados están regresando, por tanto, en primer lugar, necesitamos centros médicos", dijo Fadi Msuti, uno de los directores de la fundación para la reconstrucción de Alepo.
Hizo esta declaración en la entrada de una clínica médica en el barrio de Hanan, que ha sido reabierta después de su renovación.
El mencionado barrio fue liberado de los terroristas a finales de 2016 y una semana después empezó a trabajar allí una comisión gubernamental que estimó los daños provocados por la guerra en centenares de miles de millones de libras sirias.
Las pérdidas fueron tan grandes que las autoridades decidieron centrarse en la restauración de la infraestructura urbana.
"En los tiempos de guerra, los terroristas usaron este edificio como lugar para disparar con morteros contra barrios residenciales de la ciudad", dijo Msuti.
Agregó que por el momento este centro médico dispone de todo lo necesario para atender a los pacientes, incluidos los medicamentos.
Toda la asistencia médica, destacó, es gratuita porque la mayoría de los residentes de Alepo no tienen ninguna fuente de ingresos.
Por su parte, la terapeuta Sima Hamid afirmó que cada día recibe a unos 100 pacientes para prestarles los primeros auxilios y darles medicinas, todo de manera gratuita.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.
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