La misión documentó 3.804 fallecidos y 7.189 heridos, incluyendo la muerte de 927 niños, calificada como otra cifra récord que ha preocupado al organismo internacional.
La propagación de ataques suicidas y el daño de las operaciones aéreas fueron determinados como los factores clave que contribuyeron al aumento significativo de las bajas civiles.
"Además de las vidas perdidas, la grave situación de seguridad está impidiendo que muchos afganos disfruten de sus derechos económicos, sociales y culturales, con miles de niños que se encuentran discapacitados para toda la vida debido a los ataques en escuelas e instalaciones médicas", señaló Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
El informe señala que el registro de datos comenzó en 2009 y que hasta el momento ha contabilizado a más de 32.000 civiles asesinados y alrededor de 60.000 heridos, en una guerra que ha durado más de 17 años.
"Los hallazgos rigurosamente investigados del informe muestran que el nivel de daño y sufrimiento infligido a los civiles en Afganistán es profundamente perturbador e inaceptable", sostuvo Tadamichi Yamamoto, representante de Naciones Unidas.
Además, el directivo instó a las partes a detener los combates para terminar con la "tragedia humana".
Cifras adicionales en el 2018
La mayoría de víctimas, el 63 %, fueron como resultado de ataques perpetrados por grupos antigubernamentales como los talibanes y el Estado Islámico.
El número de civiles que murieron por ataques aéreos fue aproximadamente la misma cantidad que se registró durante el periodo combinado de 2014, 2015 y 2016.
Los niños y las mujeres representaron el 38 % de todas las víctimas.
El número de muertos y heridos representa un aumento del 11 % y el 5 %, respectivamente, en comparación con el 2017.
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