No al dispensadorNos gusta ver abrir la botella de 25 cl de refresco, mojar eróticamente los hielos y después posarla semillena a nuestro lado. Fuera de España el refresco va, casi siempre, con dispensador que elimina el gas y en consecuencia no potencia el sabor del combinado. La velocidadSomos poco pacientes, pero la velocidad con la que la tónica caiga por la cucharilla es básica para conseguir un buen gin tonic, por ejemplo. Con el resto de combinados pasa igual, hay que servir relajado y disfrutando de los aromas. Dar vueltas a una copa con un mezclador es un error, se pierden las burbujas. En el extranjero, los vasos son más pequeños y el refresco entra a chorro.El limón solitarioLa moda de que nuestras copas parezcan ensaladeras se ha asentado peligrosamente y es una exportación inquietante. Empezamos con el limón y se nos fue de las manos, pero los cítricos clásicos del copazo español son fundamentales porque su acidez elimina los carbónicos. Fuera de España es difícil que te pongan la rodajita (o monda) mágica.Un chorrito másLa medida recomendada para un cóctel, por ejemplo un gin tonic, son 5cl de ginebra por cada 20cl de tónica. Fuera utilizan medidores para no pasarse ni un gota, aquí nos gusta eso de decir «más cargado, por favor». Desaparece el sabor dulce del refresco y aumenta el del destilado, que es lo que queremos.La temperatura (corporal)Todo esto tiene una razón de peso, y es la temperatura media que disfrutamos en España. No utilizamos el alcohol para entrar en calor como en otras zonas del norte de Europa, lo utilizamos para refrescarnos y socializar. Y, además, estamos cogiendo la costumbre de enfriar la copa, que hace que la mezcla sea aún mejor y el hielo dure más. Vasos como cubosEl rey fue el vaso de tubo, pero ahora enloquecemos por las copas de balón que potencian los aromas y permiten que las burbujas se expandan. El siguiente tamaño puede que sea el del tamaño de cubo de fregona. En el extranjero se conforman con el vaso bajo, llamado old fashioned u on the rocks, que se coge con tres dedos y calienta más la copa.La roca heladaEl hielo en España nos gusta contundente y recio, de buen calibre, capaz de pasar por arma arrojadiza. En Londres, por ejemplo, está tan picado que a veces parece que estás tomando un granizado de whisky. Que el hielo aguante sin derretirse y aguar la copa es la clave de todo.

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