"En muchas ocasiones acepté la invitación del presidente [de Rusia, Vladímir] Putin a celebrar un encuentro trilateral en Moscú, confiamos en el presidente Putin y estamos dispuestos a aceptar su invitación en cualquier momento, sin embargo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, cada vez evita estos encuentros", aseveró el mandatario.
Desde 2016 Moscú viene proponiendo acoger una reunión entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás, que contribuya a la reanudación de las conversaciones de paz.
Netanyahu y Abás expresaron su apoyo a la iniciativa rusa, aunque se acusaron mutuamente de la falta de acuerdo sobre la reunión.
No obstante, el primer ministro israelí declaró en reiteradas ocasiones que no ve alternativas a la mediación estadounidense en la solución del conflicto con Palestina.
Netanyahu expresó su disposición a trabajar con las iniciativas de paz del líder estadounidense, Donald Trump, que prometió desde los primeros días de su presidencia que iba a hacer volver a los dos bandos a la mesa de negociaciones y ayudar a lograr resultados.
Los palestinos, a su vez, rechazaron el monopolio de EEUU sobre el proceso de paz tras la decisión de Trump de reconocer Jerusalén como la capital de Israel y trasladar allí su embajada desde Tel Aviv.
Conferencia sobre Oriente Medio en Varsovia
Abás también declaró que Palestina faltará a la próxima conferencia ministerial sobre Oriente Medio en Varsovia.
"Palestina no participará en la conferencia convocada por EEUU. El Estado de Palestina tampoco asistirá a otras conferencias que no se sustenten en resoluciones internacionales legítimas, ni autorizará a nadie a tomar parte en tales conversaciones en lugar de Palestina", afirmó Abás.
EEUU y Polonia planean celebrar conjuntamente en Varsovia, los días 13 y 14 de febrero, la llamada Conferencia Ministerial para Promover un Futuro de Paz y Seguridad en Oriente Medio.
Según el Departamento de Estado de EEUU, decenas de países expresaron la intención de asistir al foro que se centrará en las crisis regionales y sus efectos sobre la población civil, así como en la proliferación de misiles, ciberseguridad y amenazas para el sector energético, lucha contra el extremismo y las finanzas ilícitas en la región.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, se mostró escéptico sobre la iniciativa estadounidense, cuestionó que el foro contribuya a resolver los problemas regionales y opinó que su agenda está programada para promover el enfoque estadounidense de contención de Irán.
El vicecanciller ruso Mijaíl Bogdánov confirmó más tarde que Rusia no asistirá al evento, que calificó como "perjudicial para la estabilidad y la paz en Oriente Medio".
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