Se trata de un cambio de estrategia motivado por los resultados obtenidos por el fondo el año pasado y que implica reducir su exposición a otros activos de mayor riesgo como bonos y acciones,informa Azertac alegándose a oroinformacion.com.
Su director ejecutivo, Shahmar Movsumov, señaló a Bloomberg que “queremos invertir en un activo que no tenga riesgo crediticio. En un mundo sacudido por los cambios geopolíticos, los cambios en las reservas en divisas, en la dinámica entre las superpotencias y en su impacto sobre el sector financiero, nuestro objetivo es buscar una inversión segura”.
El oro es un refugio tradicional en momentos de inestabilidad y está viendo cómo aumenta su demanda después de que la Reserva Federal estadounidense haya sugerido que de momento va a posponer las nuevas subidas de tipos de interés. Además, factores como la ralentización del crecimiento económico global y los efectos de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China han sembrado la incertidumbre en los mercados financieros.
Todo ello está impulsando el valor del oro desde mediados del pasado mes de octubre. El metal protagonizó a finales de 2018 su trimestre más brillante desde marzo de 2017, impulsado por la volatilidad en las bolsas y el cierre parcial del Gobierno estadounidense.
Según Movsumov, el fondo está dispuesto a comprar oro incluso si el precio del petróleo sube por encima de las expectativas del Gobierno de Azerbaiyán, que son de 60 dólares el barril durante este año.
El fondo soberano de Azerbaiyán, cuyas inversiones equivalen a más del 80% del PIB del país, se creó en 1999 para gestionar los ingresos derivados del petróleo y el gas natural del tercer mayor productor de la antigua Unión Soviética. Se espera que sus activos crezcan este año en 2.300 millones de dólares, hasta alcanzar la cifra récord de 40.000 millones.
Sofaz comenzó a invertir en oro, acciones e inmuebles en 2012, como medio de diversificación de su cartera. Aunque las normas que lo regulan autorizan una inversión de hasta el 25% en acciones, sus gestores han optado por no superar una exposición de entre el 13 y el 14% a este tipo de activos.
El pasado mes de diciembre, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, firmó un decreto que modificaba la regulación del fondo y le autorizaba a duplicar la inversión en oro, hasta un 10% del total de su cartera.
La proporción de bonos e instrumentos monetarios se redujo del 60 al 55%. El fondo registró el año pasado un beneficio marginal en la gestión de sus activos el año pasado y, probablemente, evitó incurrir en pérdidas gracias a la decisión de no incrementar su exposición a las acciones.
La inversión inmobiliaria, en cambio, ha resultado mucho más positiva para Sofaz, que ha obtenido unos ingresos regulares de sus negocios en Londres, París, Milán. Moscú, Seúl y Tokio, y está buscando nuevas oportunidades en Europa, Norteamérica y Asia.
Según explicó el director ejecutivo de Sofaz, el oro que compra el fondo se transporta a Azerbaiyán y se deposita en sus instalaciones de Bakú (ver imagen). Al contrario que otros inversores internacionales en oro físico, el fondo prefiere contar con los lingotes en su propio territorio en vez de depositarlos en otros centros internacionales como Londres, “por razones estrictamente comerciales, no por una cuestión de confianza. Los beneficios de las inversiones en oro son tan reducidos que una simple modificación de los aranceles sobre las importaciones de oro podría comerse todo el beneficio. Así que es mejor custodiarlo en la cámara acorazada del sótano”, apuntó Movsumov.
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