"El secretario general condena el ataque terrorista perpetrado el 27 de enero en la catedral de Joló, en la provincia homónima de Filipinas", dice el comunicado difundido por el servicio de prensa de Guterres.
En el texto, el jefe de la ONU también expresa sus condolencias a las familias de los fallecidos y deseó pronta recuperación a los heridos, así como urgió a llevar ante la justicia a los autores del ataque.
Asimismo, "reitera el apoyo de la ONU al Gobierno y el pueblo de Filipinas en sus esfuerzos por combatir el terrorismo y el extremismo y por hacer avanzar el proceso de paz en la región de Bangsamoro".
El ataque de Joló fue perpetrado con dos artefactos explosivos, uno de los cuales detonó durante la misa dominical en la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo y el otro, pocos instantes después, a la entrada del edificio.
El balance actualizado de la doble explosión asciende a 20 personas —15 civiles y cinco soldados- y 81 heridos, incluidos 65 civiles, 14 militares y dos policías.
El grupo terrorista ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) se atribuyó la autoría del atentado.
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