“Consternados por el choque entre dos flotas en la carretera Oruro-Potosí (occidente), que ha dejado al menos 20 muertos, he instruido que se socorra a las víctimas y se investigue la causa de esta tragedia”, escribió el presidente Evo Morales en su cuenta de Twitter, expresando solidaridad con las familias de los fallecidos.
El mandatario reaccionaba de esa manera ante el primero de los accidentes, ocurrido el sábado, antes de que los medios informaran que al mediodía de este domingo se produjo otro siniestro en las carreteras del país.
Según informe de la Policía, dos autobuses de larga distancia colisionaron de frente el sábado, cuando se desplazaban bajo una fuerte lluvia en cercanías de la pequeña ciudad altiplánica de Challapata, a unos 350 kilómetros al sur de La Paz en la carretera entre las ciudades andinas de Oruro y Potosí, publicó el diario La Razón en su versión online.
Ese accidente, ocurrido según las primeras pericias oficiales cuando uno de los buses invadió el carril contrario, dejó 22 muertos en la escena y 37 heridos que fueron trasladados a hospitales de Oruro.
En el suceso de este domingo, un autobús que viajaba a Potosí desde la ciudad sureña de Tarija cayó a un barranco, con saldo de 13 muertos y 27 heridos.
Las causas de este segundo accidente no fueron establecidas de inmediato, reportó la televisión estatal.
Los accidentes carreteros son frecuentes en Bolivia, donde se suman factores como la sinuosidad de las vías que en su mayoría son de montañas y la imprudencia de conductores, según estadísticas oficiales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.687 personas fallecieron en los accidentes de tráfico en Bolivia en 2016.