Las autoridades de Nueva Zelanda están a punto de expulsar del país a una numerosa familia británica por comportamiento ofensivo contra los residentes. Estos turistas, originarios de Liverpool, incluido un niño, reaccionaron con amenazas tras ser instados a retirar la basura que habían dejado en la playa.
La historia se viralizó después de que Krista Curnow publicara en Facebook el 13 de enero dos videos y una descripción de la conducta inapropiada de los turistas. Pensó inicialmente que eran irlandeses.
La disputa subió de tono cuando ella pidió a la familia en cuestión que retirara sus desechos antes de abandonar la zona. Uno de los hombres, de apellido Johnson, le respondió que "para eso existe el ayuntamiento", mientras que el niño la amenazó con darle una paliza. Para colmo, le arrebataron a Curnow su móvil para borrar el video que había grabado, informa Metro.
Miembros de la misma familia fueron acusados por la administración de un restaurante de poner hormigas en su comida para no pagarla. Además, en el avión que los llevó a Auckland un pasajero dijo que habían dejado un pañal sucio en el compartimento de equipaje de mano.
Ante el conjunto de estos agravios el alcalde de Auckland, Philip Goff, pidió al Ayuntamiento "que haga un seguimiento porque quiero verlos cargados con una multa administrativa por destrozar nuestro país". Los infractores podrían ser deportados. Una petición de expulsión de la familia británica ha acumulado más de 3.500 firmas en dos días.
RT
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