La ejecución se llevó a cabo en la mañana del 27 de diciembre por orden del ministro de Justicia nipón, Takashi Yamashita.
La última vez que se aplicó la pena de muerte en esta nación asiática fue en julio, cuando ejecutaron a seis exlíderes de la secta Aum Shinrikyo (también conocida como Aleph y prohibida en Rusia y otros países).
En estos momentos más de cien reos esperan su ejecución en Japón.
Normalmente la pena capital se cumple mediante la horca, pero no inmediatamente, sino varios años después de dictada la sentencia.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos instan a Japón a renunciar a este tipo de condenas, al considerarlas inhumanas.
El condenado puede esperar la ejecución durante años, pero se entera solo en la mañana del día en que sucederá.
Ante las críticas desde el exterior, los japoneses responden que a diferencia de otros países en Japón no matan a los criminales en el lugar de los hechos.
Sputnik
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