Desde una cita hasta una entrevista con el presidente: ¿Qué 'noticias' inventaron los periodistas?

  25 Diciembre 2018    Leído: 757
Desde una cita hasta una entrevista con el presidente: ¿Qué

El escándalo de Der Spiegel es el último caso en una larga historia de falsificaciones mediáticas.
Portada ampliada de un ejemplar de Der Spiegel dedicado al fraude detectado en los informes de empleados.

El diario alemán Der Spiegel asegura que Claas Relotius, uno de sus antiguos periodistas al que ha denunciado por falsificar muchos de sus reportajes y enfrenta una investigación criminal sobre donaciones para niños sirios, ha provocado la caída más profunda en toda su historia.

Sin embargo, este no es el primer caso similar y el medio Meduza ha seleccionado otros ejemplos destacados, entre los que figuran figuras destacadas de Estados Unidos y hasta laureados con el premio Pulitzer.

'Hacker' ficticio
El periodista estadounidense Stephen Glass trabajaba en la revista The New Republic y fue despedido con gran escándalo en 1998 debido a que inventaba personajes y compañías de manera recurrente para adornar sus materiales, engañaba al servicio de comprobación de hechos desarrollando sitios web de empresas ficticias y hasta respondía a llamadas de quienes deseaban comprobar esos datos.

Periodista de Der Spiegel falsificó reportajes y malversó donaciones para 'huérfanos' sirios
Uno de sus engaños se reveló cuando escribió un artículo sobre un 'hacker' de 15 años y atrajo la atención de un periodista de la revista Forbes, quien decidió comprobar los hechos y concluyó que tanto el protagonista como la empresa mencionada eran ficticios.

Posteriormente, se supo que Glass había falsificado al menos la mitad de los materiales que publicó en ese y otros medios entre 1995 y 1998, a los que tuvo que pagar 200.000 dólares en compensación.

Plagiario con trastorno bipolar
Jayson Blair trabajó en el periódico The New York Times durante cinco años, donde pasó de becario a editor. En abril de 2003, un redactor de un medio de Texas (EE.UU.) denunció que había copiado una de sus notas y dio comienzo a una investigación interna, que reveló plagios y falsificaciones en muchos de sus artículos.

Su empresa despidió a Blair y comunicó esa medida en una publicación especial. El autor de los hechos reconoció en una entrevista que todo comenzó con una pequeña mentira: la cita de una rueda de prensa a la que no había asistido.

Después, se destapó que también había cometido serios errores cuando era editor en jefe de su periódico estudiantil. Ese hecho sirvió para que acusaran a The New York Times de discriminación positiva por haber empleado y promocionado a un hombre negro.

En 2014, Jayson Blair publicó un libro de memorias en el que confesó que había consumido drogas y se había tratado de un trastorno bipolar.

Drogadicto infantil y mentiras en el CV
En 1981, The Washington Post recibió el Pulitzer por un artículo sobre Jimmy, un supuesto drogadicto de ocho años. Cuando la Policía de Washington buscó a ese niño con "huellas de inyecciones en los brazos", al operativo se unió incluso el alcalde de la capital estadounidense.

Las pesquisas no dieron resultado y algunos medios sugirieron que la historia era inventada pero su autora, Janet Cooke, insistió en que lo que había escrito era verdad.


Sin embargo, la realidad se reveló cuando esa mujer recibió el Pulitzer y leyeron su texto y su biografía en el diario Toledo Blade, donde había trabajado antes. Esa semblanza indicaba que se había graduado en una prestigiosa universidad con grandes alabanzas y que tenía una maestría, pero la protagonista se había inventado ambos hechos cuando solicitó empleo en The Washington Post.

Tras este descubrimiento, Cooke confesó que había falsificado la historia del menor drogodependiente y devolvió el Pulitzer, el único caso en la historia de ese premio. Por su parte, el escritor colombiano Gabriel García Márquezbromeó con que se le tenía que haber otorgado el Nobel de Literatura.

Entrevista con el presidente de EE.UU.
Otro Pulitzer conferido a una publicación falsa tuvo lugar en 1921: ese premio fue otorgado al periodista Louis Seibold, quien habría entrevistado al entonces presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, para The New York World. En realidad, el encuentro no tuvo lugar porque en ese momento el mandatario estaba enfermo de gravedad.


Ese presunto diálogo en el que el inquilino de la Casa Blanca aseguraba que se encontraba bien fue una iniciativa de la primera dama, Edith Wilson, quien decidió que su marido debía ofrecerse para un tercer mandato.

RT


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