Las llamas sigue devorando el sur de California. Con una treintena de fuegos, el Estado está viviendo una de sus peores temporadas de incendios que se recuerdan.
Por sexto día consecutivo, el de San Bernardino, el más virulento de todos, sigue sin estar al 100% controlado y ya ha arrasado más de 15 mil hectáreas de arbustos y vegetación. El intenso calor y el fuerte viento dificultan la labor de los bomberos que poco a poco le van ganando terreno al fuego.
Hasta 1.700 trabajan a contrarreloj para controlar las llamas que transforman en ceniza todo lo que encuentra a su paso.
Hasta ahora el incendio situado a unos 100 kilómetros de Los Ángeles ha destruido más de un centenar de viviendas y decenas de vehículos. La policía está investigando las causas del fuego porque podría haber sido intencionado.
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