Hoshyar Rostami, director del departamento financiero de la filial iraní del Instituto Canadiense de Investigación Económica Finapath, opina en diálogo con Sputnik que la ley debe estar vigente de manera temporal, "ya que va en contra de lo que le exige al país la Financial Action Task Force" (FATF), el grupo internacional de acción financiera contra el blanqueo de capitales. Rostami señala que la ley da barra libre a ese blanqueo y que "puede influir negativamente en el sistema financiero del país".
"Eso generará un desequilibrio [teniendo en cuenta las exigencias de la FATF]. Es necesario recordar que ahora Irán está en una situación especial (…) Si esta situación implica que cada cual puede introducir en el país dólares y [otras] monedas sin declarar, la economía iraní y el sistema bancario se verán afectados negativamente", señala.
El especialista ha añadido que, a pesar de que las relaciones entre bancos iraníes y extranjeros se han paralizado, existe cierto número de bancos iraníes que cooperan con pequeños bancos extranjeros y que la nueva ley puede afectar a esos vínculos bancarios.
Si la introducción de divisas en el país sobre la base de esta nueva disposición se fija de manera oficial, la importación de un cierto volumen de esas divisas es aceptable. La FATF contempla no solo la situación que atañe a la moneda extranjera, sino también a la moneda nacional. Por ejemplo, si un ciudadano pone en su cuenta bancaria más de 10.000 dólares, debe rellenar un formulario y ofrecer explicaciones exhaustivas sobre el origen de ese dinero.
"Si el dinero no se declara y el ciudadano no explica de dónde viene ese dinero, tendrá un efecto negativo muy grave en el sistema bancario de Irán", insiste Rostami. A pesar de la medida, advierte de que la calidad de vida de los iraníes "no volverá" a ser la de mediados de 2018. "Tampoco el país", destaca.
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