Así es el barco militar no tripulado más grande del mundo

  06 Mayo 2016    Leído: 439
Así es el barco militar no tripulado más grande del mundo
El `Sea Hunter` mide 40 metros de eslora, ha costado 120 millones de dólares y ha sido construido en Portland.

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa estadounidense (DARPA) trabaja en el desarrollo de vehículos de todo tipo con potenciales usos militares. De sus laboratorios han salido aviones, coches y drones, entre otras maravillas tecnológicas. Ahora han comenzado con las pruebas de un barco no-tripulado, a veces denominado barco robótico, dron marino o vehículo autónomo de superficie. Su objetivo: demostrar que es posible operar un barco de gran tamaño sin intervención humana, llevando a cabo misiones de forma completamente autónoma.

El proyecto arrancó en 2010 y hace un par de años se comenzó a trabajar en el prototipo que ahora se ha completado. El barco autónomo más grande de estas características ha costado unos 120 millones de dólares y ha sido construido en unos astilleros de Portland (Oregón). Aunque sus siglas dicen más bien poco (ACTUV) su apodo, Sea Hunter ("cazador del mar"), proporciona una mejor idea de sus posibles usos, principalmente la caza de submarinos silenciosos.

El Sea Hunter mide unos 40 metros de eslora y desplaza 140 toneladas; su diseño es el de un trimarán con dos grandes flotadores laterales. Puede viajar unas 10.000 millas náuticas (18.000 km) sin repostar y su velocidad máxima es de unos 27 nudos (50 km/h). Va equipado con sonar y todos los sistemas (comunicaciones, motores, control) han sido modificados para que operen de forma robótica y autónoma. La idea respecto a su capacidad es que sea suficiente con indicar cuál es su destino en el mapa y su misión: no necesitando ningún tipo de operario a bordo ni para su control ni para el mantenimiento esto sería teóricamente suficiente.

Al eliminar el factor humano se consigue una autonomía mayor y un gran ahorro, del orden de 40 o 50 veces respecto al de un barco convencional. Por no hablar de la ventaja táctica que supondría en caso de conflicto armado – y el ahorro en víctimas humanas si fuera destruido. Tal y como dicen sus creadores, "la realidad es que no es necesario poner gente dentro de un barco de estas características". Pero aunque el Sea Hunter se podría operar de forma remota han querido hacerlo más autónomo todavía, del mismo modo que algunos drones o coches vuelan o conducen solos por las ciudades.

Naturalmente el barco se enfrentará a ciertas cuestiones complicadas: para empezar tiene que evitar las colisiones y el tráfico marítimo, por lo que durante las pruebas se limitará a usar las rutas marítimas convencionales. También viajará con algunos operarios a bordo a modo de observadores por si algo saliera mal o su operación se descontrolara e hiciera falta realizar alguna reparación o mantenimiento. No hay todavía una regulación internacional respecto a cuánta gente debe operar un barco de este tipo, así que, como el caso de los coches, camiones o aviones autónomos, es una cuestión abierta.

También hay otros factores a los que proyectos similares se han tenido que enfrentar: por un lado está la posibilidad de que un barco de este tipo fuera hackeado, atacado o secuestrado; algo que puede evitarse con el uso de comunicaciones seguras (los primeros drones de guerra fracasaron estrepitosamente en este aspecto). Tampoco faltarán quienes piensen que estos barcos autónomos conducirían a una inexorable "automatización de viajes por mar" –como sucederá con los coches o las flotas de camiones– con la consiguiente pérdida de empleos humanos. Y es que lo que hoy es una prueba tecnológica podría ser algo normal y corriente dentro de algunas décadas.

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