El Parlamento turco, antes de las vacaciones de verano (boreal), aceptó el acuerdo con Israel para normalizar sus relaciones con este régimen, seis años después del asesinato de varios activistas turcos por el ejército israelí.
El asalto por fuerzas navales israelíes en mayo de 2010 a una flotilla internacional que llevaba ayuda humanitaria a la bloqueada Franja de Gaza causó la muerte de nueve ciudadanos turcos.
En julio pasado, después de un largo período de negociaciones secretas, se firmó el acuerdo Ankara-régimen de Tel Aviv.
Turquía puso tres condiciones para normalizar las relaciones con Israel, a saber: el régimen israelí se disculparía oficialmente por la muerte de los activistas, pagaría compensaciones a sus familias —peticiones a las que los israelíes accedieron—, y la tercera y última exigencia que ha requerido muchas más sesiones de negociación de Ankara era que Israel levantaría el bloqueo que mantiene sobre Gaza.
En lo tocante a la segunda condición, el régimen de Israel ha sido obligado a pagar una compensación de 20 millones de dólares a las familias de las víctimas de la nave de Mavi Marmara, las cuales, al denunciar los recientes diálogos entre Turquía y el régimen de Tel Aviv para restablecer relaciones, no aceptaron retirar sus demandas contra el régimen usurpador a cambio de una indemnización.
Asimismo, ambas partes intercambiarán embajadores, razón por la cual Turquía solicitará al régimen israelí su aprobación previa para designar a su embajador en los territorios ocupados palestinos.
En virtud del acuerdo, el régimen de Tel Aviv dispondrá de un plazo de 25 días para compensar a los familiares de las víctimas de la ofensiva israelí.
De acuerdo con el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, el acuerdo entre Ankara y el régimen de Tel Aviv puede tener positivas y enormes consecuencias en la economía israelí.
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