Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. El boxeador de origen cubano Lorenzo Sotomayor Collazo, quien pelea por Azerbaiyán, conecta a Artem Harutyunyan, de Alemania, en la categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil.
Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Sean M. Haffey Getty
Cubano que representa a Azerbaiyán en el boxeo olímpico y del que no se sabía mucho, Lorenzo Sotomayor estaba rodeado de un manto de misterio en Río de Janeiro, donde no hablaba después de sus combates. Pero tras asegurarle el viernes por lo menos una medalla de plata a su patria adoptiva, bajó la guardia, habló con la prensa y dijo que lleva a Cuba en el alma. Representa a otro país por “circunstancias” de la vida.
Confirmó además el rumor que se corría de que es familiar del astro del atletismo cubano Javier Sotomayor.
“Es primo de mi papá”, señaló. “Me dijo que iba a venir hoy. Debe estar por ahí. No sabe mucho de boxeo, pero me dijo que me mantuviese bien concentrado”.
Sotomayor derrotó claramente el viernes al alemán Artem Harutyunyan 30-27, 29-28, 30-27 en las semifinales de los welter liviano (64 kilos), peleando a la distancia y haciendo gala de una técnica mucho más depurada, y avanzó a la final, en la que enfrentará al uzbeco Fazliddin Gaibnazarov, que le ganó al ruso Vitaly Dunaytsev.
El isleño pasó corriendo por la zona mixta del estadio Riocentro y parecía que tampoco hablaría con la prensa. Pero se detuvo cuando lo llamaron periodistas azerbaiyanos y posteriormente terminó hablando también en español.
El caribeño dijo sentirse “muy contento” por la victoria, a diferencia de lo ocurrido en su combate previo, en el que venció a otro cubano, Yasnier Toledo.
Río 2016: Medalla para Azerbaiyán, lleva Cuba en el alma
El boxeador de origen cubano Lorenzo Sotomayor Collazo, quien pelea por Azerbaiyán, conecta a Artem Harutyunyan, de Alemania, en la categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. El boxeador de origen cubano Lorenzo Sotomayor Collazo, quien pelea por Azerbaiyán, conecta a Artem Harutyunyan, de Alemania, en la categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil.
Lorenzo Sotomayor Collazo, de Azerbaiyán, celebra luego de vencer a Artem Harutyunyan, de Alemania, el boxeo categoría 64 kg, semifinales, en Río 2016, el viernes 19 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Sean M. Haffey Getty
Cubano que representa a Azerbaiyán en el boxeo olímpico y del que no se sabía mucho, Lorenzo Sotomayor estaba rodeado de un manto de misterio en Río de Janeiro, donde no hablaba después de sus combates. Pero tras asegurarle el viernes por lo menos una medalla de plata a su patria adoptiva, bajó la guardia, habló con la prensa y dijo que lleva a Cuba en el alma. Representa a otro país por “circunstancias” de la vida.
Confirmó además el rumor que se corría de que es familiar del astro del atletismo cubano Javier Sotomayor.
“Es primo de mi papá”, señaló. “Me dijo que iba a venir hoy. Debe estar por ahí. No sabe mucho de boxeo, pero me dijo que me mantuviese bien concentrado”.
Sotomayor derrotó claramente el viernes al alemán Artem Harutyunyan 30-27, 29-28, 30-27 en las semifinales de los welter liviano (64 kilos), peleando a la distancia y haciendo gala de una técnica mucho más depurada, y avanzó a la final, en la que enfrentará al uzbeco Fazliddin Gaibnazarov, que le ganó al ruso Vitaly Dunaytsev.
El isleño pasó corriendo por la zona mixta del estadio Riocentro y parecía que tampoco hablaría con la prensa. Pero se detuvo cuando lo llamaron periodistas azerbaiyanos y posteriormente terminó hablando también en español.
El caribeño dijo sentirse “muy contento” por la victoria, a diferencia de lo ocurrido en su combate previo, en el que venció a otro cubano, Yasnier Toledo.
“En la pelea anterior tuve sentimientos encontrados, enfrenté a un coterráneo”, expresó. “Hoy me sentí mejor, salí a hacer mi trabajo, a pelear a media distancia”.
Sotomayor, de 31 años, se fue en buenos términos de Cuba, tras enamorarse de una extranjera. Pero no se sabe mucho de su vida. El entrenador cubano del equipo de boxeo de Azeribaiyán, Pedro Roque, dice que su esposa es una rusa y que los dos terminaron radicándose en Azerbaiyán.
Sotomayor había integrado el equipo cubano de boxeo, aunque sin llegar demasiado lejos. En Azerbaiyán empezó a entrenarse en un gimnasio por su cuenta y allí lo vio Roque y empezó otra historia.
El entrenador le dijo que tenía posibilidades de integrar el equipo azerbaiyano si se aplicaba y eso fue lo que hizo Sotomayor.
“Le dije `qué haces aquí muchacho“’, contó Roque a The Associated Press recientemente. Acotó que Sotomayor “no vino a boxear, sino detrás de la dama. Pero lleva el boxeo en las venas como todo cubano”.
“Ese caballo ha trabajado bien conmigo”, comentó el viernes Sotomayor, aludiendo a Roque. “Me ha pulido la técnica del boxeo cubano”.
A esa altura le salió toda la nostalgia que siente por la isla.
“Vivo afuera por circunstancias de la vida”, sostuvo. “Todo mi éxito se lo debo a Cuba. Allí lo aprendí todo y la amo con todo mi corazón”.
“En la pelea anterior tuve sentimientos encontrados, enfrenté a un coterráneo”, expresó. “Hoy me sentí mejor, salí a hacer mi trabajo, a pelear a media distancia”.
Sotomayor, de 31 años, se fue en buenos términos de Cuba, tras enamorarse de una extranjera. Pero no se sabe mucho de su vida. El entrenador cubano del equipo de boxeo de Azeribaiyán, Pedro Roque, dice que su esposa es una rusa y que los dos terminaron radicándose en Azerbaiyán.
Sotomayor había integrado el equipo cubano de boxeo, aunque sin llegar demasiado lejos. En Azerbaiyán empezó a entrenarse en un gimnasio por su cuenta y allí lo vio Roque y empezó otra historia.
El entrenador le dijo que tenía posibilidades de integrar el equipo azerbaiyano si se aplicaba y eso fue lo que hizo Sotomayor.
“Le dije `qué haces aquí muchacho“’, contó Roque a The Associated Press recientemente. Acotó que Sotomayor “no vino a boxear, sino detrás de la dama. Pero lleva el boxeo en las venas como todo cubano”.
“Ese caballo ha trabajado bien conmigo”, comentó el viernes Sotomayor, aludiendo a Roque. “Me ha pulido la técnica del boxeo cubano”.
A esa altura le salió toda la nostalgia que siente por la isla.
“Vivo afuera por circunstancias de la vida”, sostuvo. “Todo mi éxito se lo debo a Cuba. Allí lo aprendí todo y la amo con todo mi corazón”.www.elnuevoherald.com/
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