El 25 de noviembre, tres barcos de la Armada ucraniana violaron la frontera de Rusia en el mar Negro y fueron detenidos.
"Puesto que Rusia arresta ilegítimamente nuestros buques y envía a la cárcel a nuestros marineros, deberíamos arrestar buques rusos", dijo en una entrevista con el periódico alemán Die Welt.
Tras el incidente naval, que agravó aún más las relaciones entre Moscú y Kiev, en diez provincias de Ucrania empezó a regir la ley marcial, que se impuso por 30 días y prevé la posibilidad de restringir los derechos constitucionales y las libertades de los ciudadanos, incluidos el derecho a elegir y la libertad de expresión.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el incidente de provocación, señaló que entre los tripulantes de los buques infractores se encontraban dos efectivos del Servicio de Seguridad de Ucrania, quienes de hecho estuvieron dirigiendo la operación y también subrayó que los guardias fronterizos rusos estaban cumpliendo su deber profesional.
Según Putin, la provocación en el mar Negro está relacionada con el bajo ranking del mandatario ucraniano, Petró Poroshenko, quien tiene poca probabilidad de pasar a la segunda ronda de las próximas presidenciales, por lo cual necesitó hacer algo para agravar la situación y poner obstáculos insuperables a la oposición.
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