“Rechazamos categóricamente la continuidad histórica de la injerencia y la política intervencionista de la potencia imperial norteamericana contra Nicaragua (…) Declaramos improcedentes, inconsecuentes, irrespetuosas, falsas e ilegítimas todas las acusaciones que ratifican las perspectivas y prácticas imperialistas de los Estados Unidos de Norteamérica, y la condición servil y abyecta de los vendepatria criollos”, expresó el Gobierno nicaragüense en una nota oficial difundida en la noche del martes.
Esta reacción se produjo luego de que el Departamento estadounidense del Tesoro informara en un comunicado que a partir de ayer martes sancionará a “dos de los más estrechos colaboradores” del Gobierno de Nicaragua: a la vicepresidenta y primera dama, Rosario María Murillo de Ortega, y al asesor de Seguridad Nacional, Néstor Moncada Lau.
Dichas sanciones puestas en marcha por orden ejecutiva del presidente de EE.UU., Donald Trump, bloquean las propiedades o activos que tengan las citadas personas sancionadas en EE.UU., de igual forma se le prohíbe a cualquier empresa o ciudadano norteamericano realizar negociaciones con los designados, quienes también tienen prohibida la entrada al país.
Estas medidas restrictivas estadounidenses se anuncian después de haber transcurrido casi siete meses del inicio de la crisis en Nicaragua, donde el Gobierno de Daniel Ortega que se esfuerza por llegar a la reconciliación e instaurar la paz en el país denuncia que las manifestaciones tienen como objetivo sacarlo del poder con la ayuda de Estados Unidos.
HispanTV.es
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