El presidente estadounidense, Donald Trump, cerró filas con Riad, al declarar el martes que, aun cuando “podría ser perfectamente” que el príncipe heredero saudí, Muhamad Bin Salman, tuviera conocimiento del plan para asesinar al periodista saudí Jamal Khashoggi, esto no afectará “en ningún caso” a las relaciones Riad-Washington.
Esta postura ha dado origen a múltiples cuestionamientos incluso dentro de la formación política de Trump, el Partido Republicano.
“Nunca pensé que vería el día en que la Casa Blanca brillaría como una firma de relaciones públicas para el príncipe de la corona de Arabia Saudí”, ha escrito este miércoles el senador Bob Corker en su cuenta de Twitter.
Otro crítico con la declaración de apoyo de Trump a Arabia Saudí fue el congresista Jeff Flake. “Los grandes aliados no traman el asesinato de periodistas, señor presidente. Los grandes aliados no atraen a sus propios ciudadanos a una trampa, luego los matan”, reclama.
De igual modo, el senador republicano Paul Ryan, integrante del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, ha arremetido contra la postura de Trump: “Estoy seguro que esta declaración es ‘Arabia Saudí primero’ y no ‘Estados Unidos primero’”.
Jamal Khashoggi fue asesinado el pasado 2 de octubre en la sede consular saudí en la ciudad de Estambul (Turquía). La monarquía árabe negó en un principio toda implicación en la desaparición del columnista, pero finalmente y ante las presiones internacionales, rehízo su versión y reconoció que Khashoggi fue “drogado y descuartizado” pero exime a Bin Salman del asesinato.
De acuerdo con un informe del diario estadounidense The Washington Post, los resultados de las investigaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. indican que Bin Salman ordenó el asesinato de Khashoggi.
Pese al informe de la CIA, el inquilino de la Casa Blanca se negó a responsabilizar a Bin Salman de la muerte de Khashoggi para no disminuir los estrechos lazos militares entre Washington y Riad.
HispanTV.es
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