La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos confirmó el jueves en su página web las restricciones que ha aprobado recientemente este Departamento contra 17 oficiales saudíes supuestamente responsables del asesinato del columnista disidente Jamal Khashoggi.

En su informe afirmó que las restricciones incluirán al destituido Al-Qahtani, un hombre muy próximo al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, y considerado como el cerebro del asesinato de Khashoggi, y también a Muhamad al-Otaibi, el consúl general del país árabe en la ciudad turca de Estambul, donde se registró la desaparición del columnista de The Washington Post.

“Los funcionarios saudíes que hemos sancionado estuvieron involucrados en el abominable asesinato de Jamal Khashoggi. Estas personas que atacaron y mataron brutalmente a un periodista que residía y trabajaba en Estados Unidos deben enfrentar las consecuencias de sus acciones”, recalcó el secretario del Departamento de Tesoro del país norteamericano, Steve Mnuchin.

Canadá, por su parte, ha visto con beneplácito la decisión de su vecino y ha informado que estudia unirse a Washington para imponer sanciones contra los saudíes acusados de asesinar a su compatriota.

“Canadá da la bienvenida a la acción de Estados Unidos. (…)  Y eso es ciertamente algo que en los próximos días Canadá va a considerar para activarlo”, señaló el jueves la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland.

Arabia Saudí tiene un largo historial de ejecuciones y uso de tortura de opositores al régimen, entre los que se destaca el prominente sheij chií Nimr Baqer al-Nimr. El caso de Khashoggi, junto a la sangrienta campaña que emprende Riad en Yemen, que ha ocasionado “la mayor crisis humanitaria del mundo”, han teñido la reputación del régimen de Al Saud.

HispanTV.es

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