“Como Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional nosotros esperábamos que usted utilizaría su autoridad moral para denunciar la injusticia donde fuera que la viera, incluso en Birmania”, declaró el secretario general de la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI), Kumi Naidoo, a través de una carta dirigida a la líder de facto de Myanmar (Birmania), Aung San Suu Kyi.

AI ha lamentado que Suu Kyi haya traicionado “los valores que una vez defendió” por el genocidio perpetrado en contra de los musulmanes Rohingya.

En la misiva, al denunciar las “múltiples violaciones de los derechos humanos” cometidas desde la llegada de Suu Kyi al Gobierno birmano en 2015, el organismo señaló que “estamos consternados de que usted ya no represente un símbolo de esperanza, de valentía y de defensa inquebrantable de los derechos humanos”, para luego añadir que “le retiramos este premio con una profunda tristeza”.

Asimismo, en referencia a las condiciones de vida en las que se encuentran los Rohingya bajo un sistema de “segregación y discriminación”, AI expresó en la nota que “durante la campaña de violencia desatada contra ellos el año pasado, las fuerzas de seguridad birmanas mataron a miles de personas, violaron a mujeres y niñas, detuvieron y torturaron a hombres y niños, y quemaron cientos de hogares y pueblos”.

Desde agosto de 2017, cuando el Ejército birmano intensificó sus ataques contra los Rohingya y quemó cientos de viviendas y aldeas enteras en el estado de Rajine, más de 900 000 Rohingya han huido a Bangladés.

Al respecto, el pasado mes de octubre la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los Derechos Humanos (DDHH) en Myanmar, Yanghee Lee, afirmó que el Gobierno birmano “no tiene un verdadero interés ni capacidad para establecer una democracia totalmente funcional en la que toda su población disfrute con igualdad sus derechos y libertades”.

Etiquetas: