"No sabemos las cifras exactas pero hace poco unas 70 empresas finlandesas operaban o tenían su representación en Irán, de ellas se han quedado en el país entre 20 y 30 empresas", dijo Kosonen.
Los medios finlandeses destacan a su vez que uno de los problemas para las compañías extranjeras en Irán sería la suspensión de los servicios bancarios por parte de los bancos de la Unión Europea.
Este 5 de noviembre marca el pleno restablecimiento de las sanciones de EEUU contra Irán que Washington había levantado en 2015, cuando entró en vigencia el acuerdo conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que estipula limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
En mayo pasado, el presidente estadounidense Donald Trump anunció la retirada de su país del PAIC, acusando a Teherán de desarrollar en secreto un programa nuclear, pese a que 12 informes consecutivos del Organismo Internacional de Energía Atómica afirmaron lo contrario.
La última tanda de restricciones, que entra en vigor este 5 de noviembre, incluye las sanciones a la compra de petróleo y productos petroquímicos iraníes, así como a las operaciones con puertos y empresas marítimas iraníes y a las transacciones de instituciones financieras con el Banco Central de Irán.
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