Un equipo internacional de científicos descubrió un peligro adicional para los astronautas que pasan un tiempo prolongado en el espacio exterior. De acuerdo con un estudio publicado en la revista The New England Journal of Medicine, la exposición prolongada a la microgravedad afecta significativamente al cerebro, y el período de recuperación puede durar aproximadamente un año.
Los investigadores examinaron la salud de 10 astronautas que permanecieron a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) durante un promedio de 189 días. Los participantes del experimento se sometieron a tomografías por resonancia magnética antes del vuelo a la EEI e inmediatamente después de regresar a la Tierra, como también siete meses después de finalizar su misión.
Los resultados han demostrado que el volumen de materia gris –tejido orgánico cerebral que da sustancia a las neuronas– disminuyó en los astronautas que acababan de regresar del espacio desde el momento del primer escaneo. Después de siete meses,esa cantidad todavía no volvia a la normalidad.
Además, durante la exposición prolongada a la microgravedad, el contenido de líquido cefalorraquídeo aumentóen los ventrículos del cerebro, así como en el espacio subaracnoideo. Este aumento, por su parte, reduce la cantidad de materia blanca (consistente en haces de axones), cosa que se observó incluso meses después de regresar de la EEI.
Los científicos enfatizan en que todavía no está claro si estos cambios afectan las capacidades cognitivas de la tripulación de la EEI. Sin embargo, se sabe que larga estancia en la ingravidez disminuye la agudeza visual. Este proceso puede ser causado por un aumento de la presión ejercida por el líquido cefalorraquídeo en la retina y el nervio óptico.
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