Según un nuevo estudio realizado en Dinamarca y publicado en la revista Biology Letters, el lugar de trabajo de una persona tiene mucho que ver con sus capacidades de mantener un matrimonio estable.
Los sociólogos analizaron los datos de los individuos que habían contraído matrimonio entre 1981 y 2000. Concluyeron que los hombres con educación superior se divorciaban dos veces más que sus compañeros que solo terminaron la escuela o tenían educación profesional.
Además, los hombres y las mujeres se divorciaron más a menudo si por trabajo tenían que comunicarse con representantes del sexo opuesto. Los hombres que trabajaban principalmente con mujeres, dejaban a su familia un 15% más a menudo que aquellos que trabajaban con un equipo de hombres.
Para las mujeres, esto también es cierto, pero se divorciaban un 10% más que los hombres en esta situación.
Lógicamente, hay separaciones más frecuentes entre las personas que trabajan con mucha gente de diferentes sexos y jóvenes, como restaurantes y hoteles, mientras que los bibliotecarios, agricultores, mineros y farmaceutas conservan mejor sus relaciones.
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